Después de terminar de escribir un par de novelas me planteé
elaborar esta historia. Por supuesto, al principio no tenía claro sobre qué iba
a tratar. Quería desarrollar un personaje persistente, alguien con una historia
personal que pudiera tratarse a lo largo de más de una novela. Podía ser un
periodista, un policía… pero al final, quizá debido a mi preferencia por
detectives míticos (cuyos nombres no vienen a cuento, pero que seguramente son
conocidos por todos), decidí crear a un investigador privado.
Un investigador con un pasado que le había marcado. En esta
primera novela podremos conocer los sucesos que provocaron su expulsión del
cuerpo de policía, unos eventos que tendrán cada vez más importancia según
avance la novela. Pero Antonio Cerezo no sólo cuenta con un historial laboral
complicado; su historia familiar y personal influirá notablemente en futuros acontecimientos.
La herencia Cortés es una parte importante de esta historia,
pero no tanto como el propio desarrollo del personaje. Sin embargo, las
decisiones y puntos de vista sobre ese caso nos podrán hacer conocer más cosas
sobre su personalidad, sus valores, y su increíblemente alta adicción al café.
También formará parte, de forma en ocasiones pasiva y en otras activa, en la
investigación que la Brigada Central de Estupefacientes está siguiendo; más
datos para averiguar cómo piensa Cerezo y qué le mueve a actuar.
A lo largo de la novela conoceremos —o nos rencontraremos—
con muchos otros personajes. Algunos podremos calificarlos como “buenos” y
“malos”, pero otros simplemente tendrán su propia historia que les llevará por
un camino o por otro.
Mi intención última, mientras estoy escribiendo esta novela,
es que el lector cree un vínculo emocional con algunos de los personajes.
Quisiera que amarais a algunos, que odiarais a otros, que sintierais pena,
rabia, impotencia… y, en definitiva, que mientras leéis esta historia la
viváis. Porque yo la vivo.
Y si consigo que, tras finalizar la lectura, los nombres de
Antonio Cerezo, Mihai Postika, Claudia Delgado y otros muchos sean para
vosotros algo más que unas líneas en papel, si habéis podido ponerles rostro,
si habéis sentido algo por ellos, mi objetivo se habrá cumplido.
Ahora, sin más preámbulos, os dejo con esta historia.
DJS
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